lunes, 16 de febrero de 2015

Campaña anual de prevención de la Leishmaniosis Canina

Unas leishmanias

Uff, casi me da vergüenza volver a publicar... desde Octubre, nada menos...

Como os podéis imaginar, tengo mucho lío, entre tanta niña, bebé, cachorro, marido, clínica, consultas de comportamiento... del doctorado ni hablo, que lo tengo aparcado, de vez en cuando miro el portátil, y me asalta la culpa, pero nada.

Pero aprovecho hoy, Día de San Valentín, para que hagáis un regalo de amor a vuestro perro. Que le protejáis contra la Leishmaniosis Canina.

¿Qué es la Leishmaniosis?

La leishmaniasis es una enfermedad producida por un parásito, Leishmania Infantum, y se presenta en Europa, principalmente en la cuenca mediterránea, en donde es endémica (hay un amplio número de casos). La leishmania afecta principalmente a los perros, pero es una zoonosis: puede afectar a las personas también, y a otros animales, como las liebres.

El famoso mosquito flebotomo, puaj

La leishmania se transmite de perro a perro (o a otro animal) a través de un mosquito, el famoso Flebotomo. Por eso también se la conoce como la "enfermedad del mosquito". Para que la leishmania se contagie, el mosquito debe picar a un perro (o a otro animal, el año pasado en Madrid tuvimos un serio problema con las liebres), pasar un tiempo incubando la enfermedad, y  luego picar a otro perro.

¿Qué ocurre cuando el mosquito pica al perro?

El mosquito inyecta al perro el parásito junto con su saliva. Entonces, si tenemos un perro sano y con buenas defensas, lo más probable es que el perro combata al parásito, y lo deje acantonado en su médula ósea. Si le hacemos un análisis, será positivo, puesto que el perro tendrá anticuerpos, pero el perro permanece sano.

Si nuestro perro, en cambio, por lo que sea, no tiene buenas defensas, la leishmania campará a sus anchas, produciendo sintomatología variada. Existen dos tipos de síntomas típicos, los cutáneos y los viscerales.

Leishmaniasis cutánea. Por suerte, es ya raro ver perros así

La leishmania cutánea es la más sencilla de reconocer y diagnosticar, puesto que la piel del perro se ve a simple vista, y los daños son muy evidentes (por lo menos para el veterinario). El pelo del perro pierde brillo, se pone como fosco y le sale caspa, sobre todo en algunas zonas: orejas, nariz, labios (la famosa "cara de payaso"), y zonas de roce: codos, talones... A veces las uñas crecen desmesuradamente también.

La leishmania visceral es más peligrosa. Puede presentarse sola, o acompañarse también de las lesiones en piel. El parásito ataca a los órganos internos, sobre todo hígado y riñones, produciendo, sobre todo, fallo renal.

El tratamiento de la leishmania es complicado, largo, y ... caro. La medicación es muy fuerte, y se procesa vía hígado y riñón, lo que puede agravar el cuadro clínico más aún, antes de hacer efecto y matar al parásito. Por eso los perros con tratamiento deben de estar vigilados, y hacerles analíticas periódicas, algunos deben incluso hospitalizarse, para recibir fluidos a la vez que el medicamento, y aminorar el daño.

Por todo esto, la frecuencia de los casos, la gravedad del cuadro y la dificultad del tratamiento, se aconseja hacer una potente prevención.

¿Cómo prevenimos la leishmania?

Por dos vías, la vía de acabar con el mosquito, y la vía de aumentar las defensas de nuestro perro. Combatiremos al mosquito con collares y pipetas antiparasitarios, que sean eficaces contra el flebotomo. Hay ya varias marcas y modelos, no voy a entrar en ello.


Pero sobre todo, por fin, por fin, TENEMOS UNA VACUNA EFICAZ. Llegó al mercado, después de haber remoloneado largos años, hace ya tiempo. Al principio no terminó de gustar, pero estamos viendo que los efectos secundarios no son tan malos como parecía, y son evitables. Pero sobre todo, está siendo eficaz. Funciona, y eso es lo importante.

¿Cómo se aplica?

Se debe empezar a vacunar no antes de los seis meses del perro. Se recomienda comenzar al final del invierno, para aprovechar el pico de máximos anticuerpos que se producirá en primavera y verano, que es cuando el mosquito está más activo. El primer año, se debe realizar un test de anticuerpos de leishmania al perro, y si es negativo se puede vacunar. Esta primera vacunación consta de tres dosis, separadas 20 días, y es muy importante seguir seguir esta pauta correctamente.

Es necesario revacunar cada año, con una dosis. Tiene que ser, muy importante, antes de que se cumpla el año, pues si nos olvidamos y la retrasamos un mes, debemos actuar como si fuera una primovacunación (es decir, volver a poner 3 dosis...). Antes de cada vacuna, conviene repetir el análisis de leishmania, para comprobar que sigue siendo negativo.

En la Clínica Veterinarya! queremos ayudar a que todo el mundo pueda proteger a su perro, así que tenemos una estupenda promoción durante el mes de Febrero y Marzo: 10€ de descuento en el kit primera vacunación (test + tres vacunas) y 5€ de descuento en revacunación (test + vacuna).



¡Protege a tu perro y a los tuyos!
PD: no tengo tiempo hoy de poner bibliografía, si alguien quiere enlace a los estudios, que me los pida.

Teresa Marías www.psicologiaveterinaria.es www.clinicaveterinarya.com¡Sígueme!