sábado, 3 de diciembre de 2011

Berrinches, llantinas y pataletas

Con su gorrito nuevo, con "orejas"
¡Ya están aquí! ¡Ha llegado la temporada de rabietas!
Sí, ya sé que es la edad, que son los dos añitos que cumple este mes, que tiene que practicar su independencia y desarrollar su personalidad...

Pero es que esta niña tiene PERSONALIDAD, así con mayúsculas. Y ese interés, esa concentración, esa intensidad que aplica a todo lo que hace, no sólo la aplica para bien. También la está aplicando en la pataleta. Y llevamos una semana de prácticas.

La semana pasada estuvo malita, en casa una semana sin ir a la guarde, y se nota que los cambios en las rutinas, y el tener a mami para ella solita la ha descolocado. Ha sido volver a ir a la guarde y ¡zas! berrinche.

Porque quiere ir con sus primas, Mina y Lulú. Que no puede ser. Media hora de llanto. (Son las nueve de la mañana, llegamos tarde a la guarde, las primas están en Madrid, viven lejos, van al cole... se lo explicas, pero claro, le da igual).

 Hay que recoger las pinzas del salón. Le encanta jugar con las pinzas de la ropa. Están por todas partes, el suelo lleno. Mamá las pisa y se cae, el Pollito también. Antes de jugar a pintar hay que jugar a recoger. Que no. Llanto. Una hora.

Quiere una horquilla. Le pongo una roja. Quiere la azul. La azul se ha perdido, no hay azul. Berrinche, media hora.

Quiere algo. No sé qué, porque no la entiendo, lo intento, pero con su lengüita de trapo, pues no hay forma. Ni idea de lo que quiere. A llorar. Media hora.

Da igual que lo que le expliques, si la abrazas o no, o si la dejas sola y te vas a otro cuarto. Yo cada cinco minutos la llamo, intento distraerla. Si está llorando porque hay algo que hay que hacer, y no quiere hacerlo (sentarse en la silla del coche, por ejemplo), se lo repito. Si llora por algo que es imposible (ir a ver a las primas a las 8 de la mañana) intento distraerla con otra cosa. Entre medias, intento ignorarla lo máximo posible. Para ver si extinguimos esa conducta un poquito más rápido. Me cojo un libro, hago que leo, o me voy a trastear en la cocina...

A veces funciona, a veces no. Muchas veces, yo creo que es que tiene que soltar fuelle.

Tanta independencia que tiene ya... Que si dormir solita en su cuarto, no llevar pañal, guarde hasta las 4... son demasiados cambios importantes en muy poco tiempo. Y eso lo tiene que notar, y por algún lado tiene que salir la presión.
Si le dices "sonríe", hace esta mueca, igualita que su padre
Eso sí, menos mal que ha elegido también esta semana para empezar a dormir ¡10 horas del tirón!
Lo escribo, y no me lo creo. De 9 a 7, sin decir ni mú. A las 7 se viene a nuestra cama, a "dormir" un ratito con mami (a treparse, dar manotazos, intentar escapar y bajarse de la cama, dormitar, volver a empezar). Por lo menos va entendiendo que a las 8 suena el despertador, y cada vez lo acepta mejor. Me encanta la alegría que tiene cuando ¿por fin? suena, y grita ¡pipipi a lantassse! (a levantarse) toda contenta. Como que una se levanta con otro humor (aunque sospeche que en una horita va a tener una jaqueca y ya así el resto del día).

He buscado fotos de la niña llorando, pero no hay ninguna. Así que he escogido en las que está más sonriente. Para compensar. Con esta carita, nadie sospecharía que un minuto después puede parecer la niña del exorcista en un día malo. Ains, que duro es crecer.

1 comentario:

  1. jaja... es duro... yo llegué a saltar por encima de la nena (porque el nene fué mas dócil) y dejarla tirá en un pasillo de supermercado.. Yo escondida en el siguiente pasillo y que no daba su brazo a torcer... uffff... la gente mira.. aguantas como puedes con el corazón en un puño... ¡horrible!
    Tranqui... todo pasa y cuando menos mires estás con el tema comunión como yo.

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